Cefas: Nuevas iniciativas para lograr una alimentación verdaderamente sostenible

Cefas: Nuevas iniciativas para lograr una alimentación verdaderamente sostenible

Cefas: Nuevas iniciativas para lograr una alimentación verdaderamente sostenible

Este artículo se publicó originalmente en cefas.co.uk el 9 de noviembre de 2023

Un nuevo documento publicado hoy expone una visión para incorporar los fundamentos de la sostenibilidad al diseño de sistemas alimentarios completos. El documento, Operationalising One Health for Food Systems, publicado en la revista One Earth, describe los retos de producir alimentos seguros, nutritivos, económicamente viables, equitativos y respetuosos con el medio ambiente en todo el sistema alimentario de un país.

El documento sostiene que el principal reto de los sistemas alimentarios sostenibles es hacer frente a los numerosos peligros asociados a la cadena de suministro de alimentos, desde los que limitan el abastecimiento -como plagas, patógenos o contaminación química- hasta las formas en que la producción de alimentos impulsa la degradación del medio ambiente, incluidas las emisiones de gases de efecto invernadero o los fertilizantes que dañan la biodiversidad fluvial.

(Crédito de la imagen: One Earth, Cell Press)

One food wheel diagram

El control de los peligros se lleva a cabo principalmente dentro de sectores alimentarios concretos, como los cultivos de maíz, la cría de ganado vacuno o la acuicultura de gambas, y se presta poca atención a cómo se relacionan estos sectores y a cómo pueden propagarse los peligros entre ellos. Evaluar cada peligro por separado también es problemático porque no ofrece una visión completa de sus efectos combinados sobre el suministro de alimentos o el medio ambiente. Y lo que es más importante, carecemos de los métodos necesarios para analizar todos los peligros y sectores alimentarios, a fin de tomar decisiones con conocimiento de causa sobre a qué dar prioridad.

La respuesta, según los autores, está en aplicar los principios de «Una sola salud» a todo el sistema alimentario. Una sola salud es un concepto que pretende optimizar la salud de las personas, los animales, las plantas y los ecosistemas, siendo cada uno de ellos igual de importante. Nuestro documento propone un enfoque «One Food» en el que todos los sectores alimentarios se consideran conjuntamente, incorporando todos los peligros y los vínculos entre ellos.

El documento es una iniciativa del programa One Food, una colaboración entre los gobiernos británico y sudafricano, con socios del mundo académico, organizaciones intergubernamentales, la industria y ONG. El programa está desarrollando una herramienta de riesgo alimentario que combina peligros de todos los sectores alimentarios para identificar y priorizar estrategias de intervención. También examina los cambios políticos que serán necesarios para permitir la consecución de un enfoque basado en los sistemas alimentarios y el modo en que las partes interesadas pueden hacer avanzar el movimiento.

En Cefas comprendemos bien cómo están conectados la tierra y el mar y que los alimentos que producimos deben equilibrar la seguridad y el suministro adecuado con la protección del medio ambiente. Estamos encantados de reunir a colegas de todo el espectro alimentario.

Neil Hornby, Director General del Centro para el Medio Ambiente, la Pesca y la Acuicultura (Responsable del Programa)

Este documento expone nuestra ambición de un futuro en el que los expertos en sanidad animal y vegetal colaboren con especialistas medioambientales y sociales para resolver los acuciantes problemas alimentarios.

Ian Brown, Director de Servicios Científicos de la Agencia de Sanidad Animal y Vegetal del Reino Unido, codirectora del programa británico

El tema se aborda en el primero de la nueva serie de podcasts de Cefas Unchatted Waters, en el que el científico jefe de Cefas, el profesor Grant Stentiford, y la Dra. Julie Bremner, responsable de One Food, analizan cómo pueden aplicarse estos principios para producir productos del mar seguros y sostenibles. El programa presentará su trabajo en la 2nd Foro comunitario «One Food» del 28th de noviembre de 2023 que está abierto para inscripciones actualmente en el Sitio web de la Comunidad One Food. El programa «One Food» está financiado por el Global Centre on Biodiversity for Climate (GCBC), un programa de investigación y desarrollo de la Ayuda Oficial al Desarrollo (AOD) del Reino Unido que financia la investigación de soluciones naturales al cambio climático y la pobreza.

Aportar resiliencia climática mediante sistemas alimentarios seguros y sostenibles (proyecto OneFood)

País: Sudáfrica

Socios: REINO UNIDO: Centre for Environment Fisheries & Aquaculture Science (Cefas), Animal & Plant Health Agency (APHA); Sudáfrica: Departamento de Ciencia e Innovación, (DSI); Consejo de Investigación Científica e Industrial (CSIR); Consejo de Investigación en Ciencias Humanas (HSRC); Consejo Nacional de Marketing Agrícola, (NAMC); Consejo de Investigación Agrícola, (ARC); Departamento de Silvicultura, Pesca y Medio Ambiente, (DFFE); Oficina regional SIN de la FCDO; Intergubernamental: FAO; más otros 13 socios.

Resumen: El vínculo indivisible entre la producción de alimentos y la naturaleza significa que las acciones sobre la seguridad alimentaria repercuten en el medio ambiente y viceversa. El cambio climático añade más complejidad a este problema, por lo que la combinación de estos hechos supone un difícil equilibrio que requiere una clara comprensión de los impactos asociados a la explotación de los recursos naturales y las necesidades de las comunidades que consumen los alimentos. Los peligros provocan ineficiencias en los sistemas alimentarios. Entre ellos están los que afectan a la producción de alimentos y los peligros que la propia producción supone para el medio ambiente. Hasta la fecha, se ha prestado poca atención a los vínculos entre peligros específicos a la hora de generar ineficiencias dentro de los sectores alimentarios y entre ellos, o al impacto que los peligros múltiples tienen en la eficiencia y la sostenibilidad del sistema alimentario. Además, la inversión adecuada en el control de los peligros no se ha articulado en relación con las ganancias potenciales para la biodiversidad, o con las reducciones de los impactos climáticos resultantes de la mejora de la eficiencia del sector alimentario. El proyecto OneFood sitúa el perfil y la gestión de riesgos en el centro del diseño de sistemas alimentarios sostenibles desde el punto de vista medioambiental, económico y social. Trata de desarrollar nuevas herramientas para calcular los impactos de los peligros que se producen entre los sectores alimentarios y considera las consecuencias para la salud humana, animal y vegetal y para el medio ambiente. El proyecto mapea los peligros entre los sectores alimentarios y a través de ellos con países socios seleccionados, informará sobre la modelización de los sectores terrestre y acuático aplicable a múltiples contextos geográficos y del sector alimentario, y examinará los sistemas alimentarios en el contexto de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, así como los objetivos de biodiversidad.

Enlaces relacionados: Sitio web de la Comunidad OneFood

 

Enfoque de Paisaje Sostenible de TerraViva (proyecto TerraViva)

Gaitania, una comunidad cafetera del municipio de Planadas, en el sur del departamento de Tolima (Colombia), está marcada por varios retos: un sistema de producción predominante de monocultivo de café arábica lavado, prácticas agrícolas insostenibles, una compleja historia de conflicto social armado y la falta de acceso a los mercados. La ausencia de un enfoque paisajístico también hace que las decisiones relativas a la biodiversidad, el cambio climático y los medios de subsistencia sean una cuestión que depende de cada explotación y de la voluntad de cada productor.

Este proyecto pretende fomentar un enfoque paisajístico sostenible en una región postconflicto. Con la financiación inicial de I+D del GCBC, la Red de Agricultura Sostenible (RAS) y sus socios intentaron comprender el contexto situacional de la región de Gaitania y las interacciones de las estructuras de gobernanza, las comunidades y los factores socioeconómicos con el mosaico interconectado de diferentes usos del suelo, ecosistemas y cobertura del suelo. La investigación consistió en trazar un mapa de todas las partes interesadas que desempeñan un papel en el paisaje y entrevistarlas detenidamente. Esto incluye a los agentes políticos, las organizaciones y cooperativas de agricultores, la agencia local reguladora del medio ambiente y los pequeños productores de los pueblos, que están representados por órganos de gobierno esenciales llamados Juntas de Acción Comunitaria. Los representantes de estas comunidades también participaron en talleres en los que el consorcio TerraViva desplegó un enfoque de investigación del Marco de Capitales Comunitarios (CCF) que permitió al consorcio ver los distintos elementos, recursos y relaciones de una comunidad desde una perspectiva sistémica.

El CCF se centraba principalmente en los activos de una comunidad más que en sus necesidades y déficits. Divide los activos de una comunidad en capitales naturales, humanos, sociales, culturales, construidos, financieros y políticos, y se centra en la interacción entre los siete capitales y los impactos resultantes en todos ellos. Las preguntas orientativas ayudaron a la comunidad a adoptar un enfoque apreciativo para analizar los distintos capitales y cómo podrían aprovecharse para reforzar o generar más activos. Los esfuerzos adicionales para comprender el contexto de la producción de café de Gaitania incluyeron la cartografía de la cadena de valor del café, la cartografía asistida por drones y la investigación documental utilizando fuentes de datos secundarias. También se llevó a cabo un estudio para determinar la aplicabilidad de un modelo de pago por servicios ecosistémicos en el contexto de la normativa y las instituciones colombianas.

Impactos positivos

Culminando con un diálogo participativo entre múltiples partes interesadas, los resultados de la investigación conducirán a la creación de una Agenda Territorial Común: una visión de desarrollo a largo plazo construida desde la perspectiva de las partes interesadas locales para permitir intervenciones innovadoras y sistémicas equilibrando los objetivos medioambientales, sociales y económicos de las partes interesadas de la región. Sin embargo, el propio proceso exploratorio ya ha tenido repercusiones positivas en la comunidad. El enfoque diferenciado adoptado para construir soluciones -reconociendo el papel preponderante de la comunidad en la toma de decisiones para construir la Agenda Territorial Común- abrió espacios para que los pequeños productores pensaran amplia y colectivamente sobre el estado y el futuro de su paisaje.

Los talleres del CCF también concienciaron a la población local sobre las oportunidades que ofrecen los numerosos activos de Gaitania para el desarrollo de la comunidad y sobre las repercusiones medioambientales y sociales negativas del cultivo y la producción de café causadas por las prácticas actuales aplicadas por los pequeños agricultores. Otros impactos se producirán una vez que se aplique la Agenda Territorial Común y serán mensurables a largo plazo.

Desafíos

El transporte fue el mayor reto al que nos enfrentamos durante la realización del proyecto de investigación, debido a las distancias desde Gaitania hasta el núcleo principal de población de Planadas y cada una de las aldeas. Las dificultades se vieron agravadas por el mal estado de las carreteras y la meteorología variable. Viajar de día y contar con un informador local que pudiera informar sobre las condiciones meteorológicas fueron factores atenuantes importantes para afrontar estos retos. Dados los antecedentes de conflicto armado en la zona, se aplicaron medidas de seguridad adicionales; sin embargo, no hubo problemas de seguridad durante los trabajos realizados in situ. También era importante mantener un contacto constante con los presidentes de las Juntas de Acción Comunitaria para vigilar posibles problemas de seguridad.

El proyecto tropezó con problemas de participación por parte de dos de los seis pueblos seleccionados para participar en el proyecto piloto. La falta de participación se debió en gran medida a los esfuerzos de recuperación y consolidación de la paz tras el conflicto, que incluyeron muchos proyectos piloto de cooperación internacional infructuosos que carecían de sostenibilidad y de resultados impactantes. Identificar los capitales comunitarios utilizando el CCF fue un enfoque importante para diferenciar este proyecto y ayudar en los planes futuros. Mantener una fuerte presencia local en la Gaitania fue también una forma importante de establecer relaciones y confianza con la población local y los líderes comunitarios.

Lecciones aprendidas y próximos pasos

Este proyecto de investigación fue diseñado para ser replicable en muchos paisajes productivos y probado en una región compleja como Gaitania precisamente para aumentar su replicabilidad. Como los paisajes son construcciones sociales, crear confianza con la comunidad destinataria es fundamental para garantizar una participación continuada y activa de la comunidad. Esto exige presencia local, comunicación constante con los líderes de la comunidad, transparencia durante el proceso y comunicación de los resultados. Comprender el contexto local es también un factor crítico para el éxito del proyecto.

En una comunidad como Gaitania, las complejidades históricas pueden interferir con los aspectos técnicos de la ejecución del proyecto. Por lo tanto, la conciencia y la sensibilidad sociales son necesarias para que las interacciones entre el personal de campo y los miembros de la comunidad sean productivas y respetuosas.

Cotitularidad del principio «One Food» con el gobierno sudafricano (proyecto «One Food»).

El proyecto One Food pretende desarrollar una Herramienta de Riesgo Alimentario para evaluar y mitigar múltiples peligros en todo el sistema alimentario y transformar la forma en que los actores (gobiernos, investigadores, industria, tercer sector) perciben y trabajan en la producción de alimentos para garantizar la sostenibilidad económica, medioambiental y social. Dado que una transición de este tipo es imposible sin la plena aceptación de los responsables políticos del país socio, el proyecto trabajó para garantizar la copropiedad del concepto por parte del gobierno sudafricano.

Esto se consiguió mediante un compromiso específico con los departamentos gubernamentales a través de una serie de reuniones de alcance, talleres y compromisos de seguimiento. El proyecto también apoyó la investigación en el país y el desarrollo de capacidades para ampliar la investigación sobre herramientas para evaluar los peligros presentes en todos los sistemas alimentarios, vinculando múltiples sectores alimentarios (por ejemplo, agricultura, pesca, acuicultura, caza) y múltiples peligros (por ejemplo, peligros para la seguridad alimentaria, peligros de contaminación, peligros para la biodiversidad, peligros climáticos). Esto se hizo a través de un programa sudafricano de becas de investigación diseñado para apoyar a 8 becarios postdoctorales y hasta 14 becas de máster.

Impactos positivos

El Departamento de Ciencia e Innovación (DSI) del gobierno sudafricano, el Consejo de Investigación Científica e Industrial (CSIR) y el Consejo de Investigación Agrícola (ARC) han acordado cofinanciar elementos del proyecto. Están contratando a un coordinador y están considerando asignar a un miembro del personal a tiempo completo para dirigir el concepto del proyecto desde el lado sudafricano. Los departamentos también están defendiendo el proyecto en foros internos, dirigiendo próximos talleres y trabajando con el equipo del proyecto del Reino Unido para identificar un segundo país al que ampliar el concepto. DSI y ARCH también han respaldado plenamente el plan y han acordado «poseer» y cofinanciar las becas. El CSIR ha aceptado supervisar el plan y financiar a un coordinador del mismo.

Desafíos

Dado que One Food es un proyecto tan amplio, hubo dificultades para orientar a los departamentos del gobierno sudafricano a fin de identificar el organismo más adecuado para asumir el liderazgo y asegurarse de que otros departamentos del gobierno seguían comprometidos con el proyecto. Estos retos se superan con una sólida estrategia para las partes interesadas basada en la experiencia local, un taller dedicado a la participación en el proyecto en la fase inicial y un responsable de la participación en el Reino Unido para gestionar las diversas partes interesadas y sus necesidades.

El plan de becas de investigación exigía negociar con departamentos gubernamentales y consejos de investigación con diferentes prioridades y normas de personal. Esto planteó dificultades a la hora de llegar a un acuerdo sobre los detalles de las becas y los procesos de empleo e inclusión que deberían aplicarse. El proyecto los está superando gracias al asesoramiento de partes interesadas familiarizadas con el panorama gubernamental sudafricano (en particular, del Ministerio de Asuntos Exteriores, de la Commonwealth y de Desarrollo) y al desarrollo de soluciones pragmáticas para satisfacer las necesidades de los distintos agentes y adaptarse a las prioridades del gobierno sudafricano.

Lecciones aprendidas y próximos pasos

Esta intervención ha demostrado que este tipo de proyectos los dirigen mejor los departamentos gubernamentales del Reino Unido que el mundo académico o las ONG. Esto da lugar a una mayor tracción dentro de los gobiernos extranjeros, lo que, con el apoyo de la Red de Innovación Científica de la FCDO local y otras iniciativas globales que ya están vinculadas a un gobierno (por ejemplo, el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación, etc.), conduce a un mayor compromiso y probabilidad de éxito con los países socios.

El programa de becas de investigación es una forma excelente de apoyar el desarrollo profesional en los países colaboradores y, en particular, de apoyar a los grupos infrarrepresentados. Es importante comprender el contexto científico y de investigación para asegurarse de que las becas se ofrecen a un nivel útil (universitario, de postgrado o postdoctoral) y entender cómo podrían ayudar las becas a futuras oportunidades profesionales. La diplomacia y el compromiso son la clave.

Desarrollo de nuevos cultivares de algas marinas a partir de poblaciones silvestres (Proyecto de Acuicultura Innovadora de Algas Marinas ASTEC)

Las algas forman algunos de los sistemas más productivos del medio marino. Dan sustento a una inmensa diversidad de especies, proporcionan valiosos servicios ecosistémicos y desempeñan un papel importante en la mitigación del cambio climático como importantes sumideros de carbono. El cultivo de algas marinas ofrece el potencial de una solución basada en la naturaleza, neutra en carbono y resistente al clima para restaurar las comunidades de algas marinas en todo el mundo. Aumentar la producción de algas marinas ofrece un enfoque nuevo y poderoso para mejorar la resiliencia de las comunidades, reconstruir las comunidades naturales de algas marinas, aumentar la biodiversidad y mejorar los servicios de los ecosistemas. También puede proporcionar un medio socialmente aceptable de restaurar el entorno local de una comunidad, manteniendo al mismo tiempo unos medios de vida económicamente sostenibles.

Las eucheumatoides son algas rojas tropicales que se utilizan con frecuencia en la industria alimentaria y cosmética. El aumento de los brotes de plagas y enfermedades debido a la aceleración del cambio climático, la pérdida de diversidad genética y los problemas de bioseguridad han hecho que la producción de algas en Malasia disminuya un 45% entre 2012 y 2020, con repercusiones socioeconómicas catastróficas para las comunidades que dependen de la producción de algas. Para afrontar estos retos, existe una necesidad urgente de nuevos cultivares resistentes a la temperatura derivados de poblaciones silvestres autóctonas, que puedan mejorar la resistencia climática de las poblaciones cultivadas.

Impactos positivos

Este proyecto trabaja con las comunidades autóctonas de cultivo de algas marinas de Malasia para recoger poblaciones de la naturaleza y someterlas a ensayos de domesticación en una granja de investigación de Sabah. Esto ha dado lugar al descubrimiento de nuevos cultivares resistentes a la temperatura que se ponen en cultivo para mejorar la resistencia climática de las poblaciones cultivadas en Malasia. Esto es crucial para garantizar la sostenibilidad de la industria eucheumatoide a pesar de los problemas del cambio climático global.

Desafíos

El mayor reto durante el proyecto fue el impacto de las corrientes de agua en las algas cultivadas. El método convencional de atar las algas a las líneas de cultivo mediante bridas de plástico (denominadas «bridas de atado») provocaba altos niveles de pérdida de algas de las líneas y aumentaba la depredación de peces y tortugas. En consecuencia, no pudieron medirse las tasas de crecimiento. Para resolver este problema, se introdujeron los eucheumatoides salvajes en las redes de nailon. Por desgracia, este método también resultó ineficaz, ya que el cieno del fondo marino cubría las redes y asfixiaba a las algas.

Tras mantener conversaciones con los agricultores locales, se instalaron nuevas cestas con un tamaño de malla mayor para evitar que el limo quedara atrapado. Los eucheumatoides se colocaron en las nuevas redes durante 2-3 semanas para permitir un crecimiento suficiente antes de atarlos a las líneas de cultivo. Esto resolvió el problema y redujo los efectos de la depredación de peces y tortugas.

Lecciones aprendidas y próximos pasos

El resultado de este proyecto fue desarrollar nuevos cultivares resistentes a la temperatura que puedan utilizar los cultivadores de algas de Malasia. Se desarrolló un sistema para el cultivo costero de algas marinas de nuevos cultivares que puede reproducirse en toda Malasia. Sin embargo, se descubrió que la selección del lugar era muy importante, sobre todo los niveles de sedimentación en la columna de agua, que pueden suprimir las tasas de crecimiento de los eucheumatoides.